Arturo Duclos 2011
El Espejo y el Paisaje
…sábese que ha habido muchos filósofos y anacoretas que para vivir en castidad se sacaban los ojos de la cara, porque, comúnmente, ellos y los buenos cristianos los llaman ventanas del alma, por donde ella bebe el veneno de los vicios.
Francisco de Quevedo, Escritos jocosos
El reciente proyecto de Margarita Garcés, Paisaje Interior, representa un despegue respecto a su anterior producción, no solo en cuanto a la profundización de sus recursos visuales, así como también en la exploración de un tópico no exento de referencias en la historiografía del arte de los últimos 70 años, los paisajes interiores. Esta idea explotada por los surrealistas y especialmente por Roberto Matta, se transformó en los años 30 y 40 en el santo y seña de las nuevas generaciones reclutadas por André Breton, que investigaron el automatismo, el inconsciente y las profundidades del espíritu.
Bajo un ánimo desenfadado e informal, Margarita Garcés las emprende hoy con éstos paisajes interiores, para jugar en el desenmascaramiento voluptuoso de escrituras y trazos encriptados que rebuscan los gestos congelados de la abstracción y la fruición cromática. Más en esta pesquisa aparentemente simple la artista encuentra, imprevisiblemente, un compromiso mayor que cuestiona la autenticidad de su propuesta. ¿Para quién son estas falsas escrituras? ¿Para quién estos mensajes? ¿Cuál es su significado? Se pregunta la artista. A este contundente conjunto de problemas, debe responder ahora este proyecto como reflejo de un estado interior, de un amoblado psíquico y de un paisaje que exhibe rampante la integridad de su conciencia. Se manifiesta la solución introspectiva, la subjetividad es quien se expresa, la única certeza esta en el autor de las preguntas que se obliga a plantear.
En el sentido estricto Paisaje interior, viene a plantear una respuesta oblicua hacia la polución del espacio privado, producto de la invasión de las tecnologías de información y comunicaciones. Las falsas escrituras, los falsos mensajes y significados sin significado, se invierten en el vacío del dominio de la información. Solución que permite inventar los paisajes interiores en secuencias múltiples de significados y reinterpretaciones en una cadena polisémica. Entonces podemos leer, palacios colgantes, pequeños mundos de fuego, escrituras arcaicas, cortes biológicos, códigos, formaciones minerales y más. Afirmativamente, puedo concluir que estas obras, ventanas, son dioramas esparcidos en tintas, sopas y pastas, confundidos con escrituras ansiosas que turban los sentidos.